Mucha casualidad

CONVENCIDO de que su esposa le era infiel, un hombre preparó una celada para descubrirla. Le llamó y le dijo que no regresaría hasta medianoche.
Sin embargo, llegó temprano a su casa y vio la mesa servida para
dos. "¡Te he sorprendido!" gritó, y corrió de cuarto en cuarto, revisando armarios y derribando muebles. Después salió al balcón y al ver que un individuo salía del edificio arreglándose la corbata le arrojó en su furia el refrigerador.
A las puertas del cielo, San Pedro interroga a dos hombres. El primero informa que salía de una tienda arreglándose la corbata cuando, sin más ni más, lo aplastó un refrigerador.
El segundo se acerca y refiere al apóstol: "Sé que no me vas a creer, pero... yo estaba sentado dentro de ese refrigerador".
—E.S.

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