Loro parlanchín

Un ladrón se metió cierta noche a una casa en donde aparentemente no había nadie, y de pronto oyó una voz que decía: "Te estoy viendo, y el Santo también".
El sorprendido asaltante dio otro paso. y volvió aoír: "Te estoy viendo, y el Santo también", Entonces dirigió la luz de su linterna hacia el lugar de donde provenía la voz, y descubrió a un loro.
"¡Pájaro estúpido!", exclamó el ladrón, en tono de desahogo. El ave repitió su cantinela.
"¡Cállate!", ordenó el hombre mientras encendía la luz de la habitación. En ese momento vio a un perro doberman, sentado junto a la percha del perico, que lo miraba con ojos amenazadores.
"¡Atácalo, Santo! "chilló el loro.

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