Correo ineficiente

Cierto agente vendedor que debía regresar a su casa el viernes, terminó las visitas a sus clientes un día antes de lo esperado y puso a su mujer un telegrama: llegaré el jueves.
Y el jueves llegó, estacionó su auto y se encaminó al hogar. Ya cerca, a través de la ventana vio a su esposa en brazos de otro hombre. Indignado, en vez de entrar, siguió calle abajo para ver a su suegro.
—¡No puedo tolerarlo! —gritó— Mañana a primera hora pediré el divorcio.
—No te precipites —aconsejó el suegro—. Estoy seguro de que hay una explicación. Déjame hablar con ella.
El padre fue a casa de la hija y, al volver, informó:
—Ya decía que debía tener una buena razón: no recibió tu telegrama.

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