El gran premio

En la vitrina de un restaurante había un letrero que decía: "Premio de 500 dólares para quien pida algo que no podamos servirle". Cierto turista resolvió ganarse ese dinero y pidió a la camarera:
—Tráigame un emparedado de oreja de elefante.
La empleada fue a la cocina y dijo al cocinero:
—Puedes prepararte a pagar los 500. Un cliente ha pedido un emparedado de oreja de elefante.
—¡Cómo! ¡No me digas que se nos agotaron las orejas de elefante!
—No, no, lo que se nos acabó es el pan.

—s.m.

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